¿DIVIDE Y VENCERÁS? O, ¿DIVIDE Y DESTRUIRÁS?

Tal parece que el odio se sigue sumando a los discursos de nuestros políticos, e incluso, al de nosotros mismos.
Estados Unidos lleva más de 200 tiroteos mortales en este 2019, siendo los de El Paso, Texas y Dayton, Ohio los más recientes, con un tremendo dolor para la comunidad latina en Estados Unidos; y todo pasa frente a un gobierno norteamericano que hace “oídos sordos” ante la venta indiscriminada de armas de fuego.
Según el periodista David Santos Gómez: “El joven asesino de Texas, un hombre blanco de una localidad cercana a Dallas había escrito un manifiesto racista en el que prometía eliminar la mayor cantidad posible de hispanos para frenar la invasión del territorio estadounidense. Para hacer la vida más sostenible. Sus palabras, calcadas de la retórica de Donald Trump, revelan vínculos inocultables con la normalización del discurso xenófobo impulsado desde la Casa Blanca: las ideas de que los mexicanos son ladrones y violadores, que los latinos son ilegales, o que la gente de color debe volver a casa”. Para la periodista Holly Yan “por cada historia que hace noticia, hay muchos otros casos que no involucran a la policía. Clientes negros que son seguidos muy de cerca por los empleados de la tienda. Estudiantes hispanos y musulmanes a los que se les pregunta si son realmente estadounidenses. Esto es una categorización racial cotidiana, y no solo lastima a las víctimas. Tiene un efecto malicioso multiplicador en el resto de la sociedad, en los negocios, la salud y la seguridad pública”.
Para Yan, algunos estudios demuestran que la comunidad latina y negra de Estados Unidos sufre enfermedades crónicas relacionadas al estrés al sentirse constantemente perseguidos; incluso señalan que en muchos casos a las minorías se les cobran tasas de interés más altas que a los clientes blancos con historiales crediticos similares.
En México las cosas no son diferentes; si bien me sumo a la estrategia del presidente López Obrador en busca de lograr una justicia social, la cual es completamente necesaria para un país que ya acumula 70 millones de pobres según datos de la OCDE, considero que ese discurso completamente destructivo de dividir a México entre “fifís y pobres”, entre “quienes están con él, y quienes no”, es completamente destructivo y genera un profundo daño a nuestro país. Justamente ahora es cuando más necesitamos unir, ser tolerantes, entender y construir ese México que los “de derecha” o los de “medio derecha” tampoco fueron capaces de lograr.
México necesita sumar a su gente para lograr un equilibrio que nos augure igualdad y oportunidades para todos; a los del norte con su desarrollo, y a los del sur con su tradicional abandono… El peor error que podría cometer nuestro presidente es creer que el país puede prescindir de unos para lograr los objetivos de otros, pues todos somos México, los ricos, los pobres, los abandonados, los políticos, los inversionistas… esta economía se ha construido entre todos, y seguramente algo se ha hecho bien, pues seguimos siendo una de las 15 más grandes del mundo, pero justo ahora es momento de sumar, y eso se logra con un discurso de trabajo en equipo, de tolerancia, de aceptación, más que de división.
Ojalá que estos políticos Trump y AMLO entiendan que en este “juego” la vieja frase atribuida a Julio César de “divide y vencerás” es completamente contraproducente para la construcción de un país… pues una nación plena, rica, igual e incluyente siempre necesitará de su TODA su gente para alcanzar la grandeza.

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