ROBOTIZACIÓN - FERTILIDAD - INMIGRACIÓN

Mucho se está hablando sobre la automación de trabajos en el mundo (según la consultora McKinsey en los próximos años el 60% de los trabajos podrían sufrir algún tipo de automatización), lo que llevaría a que muchas personas en el planeta tuvieran graves problemas para conseguir empleos, sobre todo, empleos tradicionales, esos que no implican conocimiento sobre las nuevas tecnologías.

Pero siempre existen dos caras de la moneda. Algunos futuristas presentan un panorama diferente para las siguientes décadas. Según un estudio elaborado por el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington estableció que la población mundial comenzará a reducirse a partir de la segunda mitad de este siglo, debido a diferentes situaciones, entre ellas la caída de la fertilidad en ciertos países. Estos cambios en la población seguramente afectarán los poderes políticos y económicos en el planeta.

El estudio señala que el pico de la humanidad se alcanzará en 9.700 millones de personas en el 2064, pero caerá a los 8.800 millones a finales del siglo.

En 183 de los 195 países analizados en este estudio, la Tasa Total de Fertilidad (TTF) se situará en niveles que no les permitirán a estos países mantener el tamaño de sus poblaciones, esto abre un espectro interesante en la inmigración, que hoy es un tema complejo para muchas zonas del planeta.

Para el estudio, China sustituirá en el 2035 a Estados Unidos como la mayor economía mundial, pero podría experimentar un “rápido” declive demográfico a partir de 2050, con una reducción del 1% en su fuerza laboral, desde los 950 millones en 2017 a 357 millones en 2100. Así, Estados Unidos regresaría al primer puesto hacia 2098, siempre y cuando, precisan, la inmigración siga nutriendo su fuerza laboral.

Por otro lado, India podría ser el único país asiático capaz de proteger su fuerza laboral, a pesar de que la población trabajadora caería desde los 762 millones de 2017 a los 578 en 2100. Muy interesante posición nos ha estado presentando India en los últimos años, pues tiene una estrategia muy clara para seguir creciendo su economía y disminuir la pobreza, y, por ende, la profunda desigualdad que hoy tienen.

“El continuo crecimiento de la población durante el siglo ya no es la trayectoria más probable. Este estudio ofrece a gobiernos de todos los países una oportunidad para que comiencen a repensar sus políticas en inmigración, fuerza laboral y desarrollo económico para afrontar los retos que presentan los cambios demográficos”, explica el director del IHME, Christopher Murray. 

Al final de cuentas el mundo sí vivirá cambios sustanciales en el siglo XXI. Desde mi punto de vista la automatización y robotización de procesos tradicionales será una constante que cambiará la vida como la conocemos. Si bien los países deberán cuidar a su población y construir políticas de inmigración más estratégicas, lo que sí es una realidad es que si las personas están mejor preparadas en conocimientos tecnológicos del siglo XXI (inteligencia artificial, programación, redes neuronales, entre otras), más fácilmente se podrán adaptar a un planeta que avanza rápidamente.


En este camino nuestro México tiene un reto pendiente, pues debemos determinar la estrategia que tenemos como país para los próximos 50 años. Por lo pronto el pensar seguir viviendo del petróleo y de la mano de obra como hasta ahora lo hacemos, seguramente será un suicidio económico de cara a la mitad del siglo XXI.

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