UN GRAN REZAGO EDUCATIVO

Con la pandemia por Covid-19 pudimos ver como existe una gran desigualdad entre la educación pública y privada en nuestro país (según el BID, Paraguay, Perú, México, Honduras y Panamá son los países que presentan las mayores brechas entre clases sociales); tristemente un gran porcentaje de niños en condiciones de vulnerabilidad no cuentan con un equipo electrónico o internet para poder tomar sus clases remotas.

El otro tema complejo para analizar es que con la situación económica adversa que se presentó por la pandemia, muchas familias de América Latina perdieron su trabajo, por lo que esta desigualdad entre ricos y pobres se agravó aún más.

Según datos del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) la inasistencia escolar en América Latina entre los 6 y los 17 años fue de 7.2%. En el estudio realizado por Rieble-Aubourg & Viteri en 2020, se analizaron los sistemas educativos de varios países de la región, con el objetivo de conocer que tan preparados estábamos para utilizar alternativas educativas digitales previo al Covid-19, en cuanto a: información sobre conectividad en las escuelas, disponibilidad de plataformas digitales, oferta de tutoría virtual, existencia de paquetes de recursos digitales, y acceso a repositorios de contenido digital. Dentro de estos resultados, México apareció como uno de los países menos preparados, saliendo positivo únicamente el rubro de “repositorio de contenido digital”, en lo demás, nuestro país no se encontraba listo para la educación remota. Ante este panorama, es lógico pensar que la desescolarización, por un lado, y la deficiencia en el aprendizaje, serán los grandes culpables de un rezago que nos costará varios años resolver. El único país de la región que se encontraba preparado para la educación remota fue Uruguay, quien desde hace algunos años viene trabajando intensamente en mejorar su proceso educativo, además de apoyar a sus estudiantes para que cuenten con las herramientas tecnológicas que les ayuden a estar a la vanguardia en el siglo XXI.

Para el BID, en México solo un 13% de los pobres cuentan con acceso a internet, un 35% de la clase media vulnerable, y un 62% de la clase media consolidada, esto definitivamente complicó en gran medida la educación durante el año de enseñanza remota. También el BID nos señala que, en nuestro país, las personas entre 4 y 18 años que viven en hogares sin computadora, televisor, y acceso a internet, llegan a un 15%.

El tema económico también nos ha afectado de manera compleja, pues si tomamos en cuenta la última crisis económica, la de 2008-2009, por cada punto de contracción del PIB, los ingresos en los hogares se redujeron en promedio 2.5 puntos, por lo que si la economía de México se contrajo en 8.5% del PIB, los hogares tuvieron una reducción de más de 20 puntos.

América Latina antes de la pandemia ya venía con rezagos educativos importantes, pues ni en cobertura, y mucho menos en calidad, los resultados habían sido buenos, por lo que la pandemia vino a agravar esta situación. Para el BID, la pandemia dejará al menos a 1.2 millones de jóvenes en edad escolar obligatoria, fuera de las aulas, quienes seguramente terminarán trabajando o en manos de la delincuencia creciente.

Es urgente que nuestras autoridades desarrollen una estrategia de la mano de las familias y los empresarios, para que esta pandemia se convierta en un espacio de diálogo que nos lleve a la construcción del sistema educativo que México necesita, y con esto disminuir la desigualdad, además de formar a nuestros alumnos en las habilidades que se requieren para ser competitivos en el siglo XXI. Ojalá lo hagamos, pues lo que nos podría pasar es que simplemente aceptemos el rezago y seguir como hasta antes del Covid-19.


rectoria@ucuauhtemoc.edu.mx

Comentarios

Entradas populares