S.O.S - AMÉRICA LATINA EN PROBLEMAS

Es cierto, nuestra América Latina se encuentra en problemas agravados por la pandemia de COVID-19.

Nuestra región ha sido uno de los epicentros del virus, y a los estragos generados por la enfermedad se suma una caída del 8,1% del PIB, y más de 30 millones de nuevas personas que se sumarán a la pobreza; además de una tasa de desempleo que, en promedio, ya suma dos dígitos.

Debemos ser claros, la pandemia vino a agudizar un problema que ya venía desde hace 6 años, pues la región había entrado en un estancamiento económico al que se ha sumado la falta de confianza en las instituciones públicas de casi todos los países, llevándonos, según el Centro UC de Estudios Internacionales (CEIUC), a un triple shock: sanitario, económico e institucional.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el periodo 2014-2020 será el de más bajo crecimiento en siete décadas, acrecentado por el cierre de las economías y mayores niveles de desigualdad.
La CEPAL también señala que en este 2021 tendremos 26,1 millones de desocupados más, que el año anterior.

Un problema no menor, lo señala Nicole Jenne: “En la medida que el estado latinoamericano falla de proteger a la ciudadanía de las crecientes vulnerabilidades producto de la crisis sanitaria y económica, disminuirá aún más su legitimidad. En cambio, en muchas partes los grupos criminales, los carteles del narcotráfico y las pandillas han podido ganar capital político y apoyo entre la gente”.
El riesgo en toda esta historia es que, ante las frustraciones y el descontento de las personas, surjan falsos líderes que se proclamen como salvadores, esos populistas que al final terminan agravando mucho más el problema.

¿Cuáles son los problemas de fondo en la región?

Particularmente podría señalar:
  • Una tremenda desigualdad entre pobreza y riqueza. Los más vulnerables tienen muy pocas posibilidades de salir de sus realidades. Mientras esto no cambie, será difícil mejorar.
  • Cumplimento de leyes. Mientras en nuestros países cada uno maneje la ley a su antojo, y veamos a los corruptos haciéndose cada día más ricos con la complicidad de las autoridades, será muy difícil romper paradigmas como el nuestro: “el que no tranza, no avanza”. Mejorar nuestras leyes y su cumplimiento estricto es una tarea pendiente.
  • Seguir apostando por un sistema educativo completamente centrado en la memorización, cuando el mundo ha entendido que el nuevo petróleo del siglo XXI es el conocimiento. Centrar los sistemas en repetir cosas para aprobar es un error que nos tiene en el atraso.
  • Pensar que los recursos naturales y la mano de obra barata seguirán siendo nuestro soporte en el siglo XXI es la peor estrategia de la región. Si no migramos a la generación de nuevo conocimiento, con apoyo de la tecnología, seguramente la vamos a pasar mal en las próximas décadas.

Mucho por hacer, por lo pronto el panorama no está claro en una región que tiene un potencial increíble, pero que aún no logra entender como crecer haciendo crecer a su gente.


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