LOS TRES ACTORES DEL PROCESO EDUCATIVO

La educación es un proceso que requiere de la integración coordinada de tres actores fundamentales: la familia, el educando y los maestros. Si esta triada está en concordancia y busca un objetivo común, los resultados serán mucho más alcanzables.

El primer aspecto a tomar en cuenta es que hoy formamos a jóvenes tremendamente estimulados por todos los medios entre los que el teléfono inteligente se ha convertido en el más cercano, y parte fundamental de la vida de los jóvenes, por lo que tenemos que lograr, como familias y maestros, construir un proceso educativo que incluya al teléfono inteligente como aliado en la construcción del conocimiento. Para Sugata Mitra, el gran investigador educativo que trabaja para la Universidad de Newcastle en el Reino Unido, a los jóvenes deberíamos enseñarles tres cosas con sus teléfonos inteligentes y ordenadores: primero, el cómo buscar información en la web; segundo, como decantar esta información entendiendo que en la web existe mucha “basura informativa”; y tercero, el cómo exponer esta información a otras personas; coincido plenamente con Mitra, agregando que esta información que se expone, sería ideal que llevara a construir nuevas cosas, nuevo conocimiento.


Si bien la educación pareciera un proceso que se lleva casi exclusivamente en las aulas, debemos entender que las bases de toda la formación humana se adquieren en el seno familiar, por lo que este trabajo -intra hogar- es tremendamente importante para que los estudiantes cimenten las bases de una formación que les permita un mejor desarrollo.

¿Qué debemos enseñar en el hogar?

Las familias tenemos que comprometernos con la formación de nuestros hijos, pues si pensamos que las escuelas nos resolverán el problema únicamente pagando una mensualidad, estamos completamente perdidos.

En el hogar debemos realizar como mínimo estas acciones para ayudarles a nuestros hijos a cimentar las bases de su adultez:

- NO podemos dar a nuestros hijos todo lo que nos pidan. Por muchos recursos que tengamos, la carencia forma el carácter. Ellos deben tener pequeñas carencias para poder valorar lo sencillo.

- Si no quieres hablar de religión, por lo menos tenemos que hablar de la espiritualidad, de los valores universales. Nuestros hijos deben conocer la compasión, la tolerancia, la bondad como soportes para entender y actuar en el mundo en el que vivimos.

- No podemos volvernos en los promotores del irrespeto de nuestros hijos. Deben entender como comportarse en cada lugar respetando a quienes les rodean. 

- Tenemos que ser suaves en el trato, pero firmes en la esencia. Nuestros hijos deben ser reprendidos (sin golpes pero con firmeza) cuando se lo merezcan, pues es nuestra obligación guiarlos en su formación.

- Desde muy pequeños debemos darles responsabilidades que pueden ir avanzado. Tender la cama, recoger los juguetes, lavar los platos, cortar el jardín. Esas pequeñas responsabilidades formarán la disciplina. 

- Tenemos que cuidar lo que ven y escuchan nuestros hijos en la web. Gran cantidad de la información es falsa y hace un tremendo daño en ellos. Tenemos que evitar que metan basura a sus mentes.

- La escuela trabaja para ayudar en la formación de los hijos, por lo que los padres deben primero escuchar a los maestros antes de ponerse de parte de los hijos. Tenemos que confiar más en el equipo formador. 

La educación es un proceso complejo pero maravilloso, pero si lo hacemos bien y con estrategia, seguramente formaremos jóvenes con mejores herramientas para enfrentar el mundo complejo en el que vivimos.


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