¿QUÉ RESPONSABILIDAD TENEMOS LOS PADRES DE FAMILIA EN LA EDUCACIÓN?
“Cuando más callados nos volvemos, más podemos escuchar”
Ram Dass
El mundo grita, se estremece, sufre, y preferimos quedarnos callados, en silencio, sin opinar.
Hace mucho tiempo sabemos que la educación en México no está cumpliendo con los estándares que necesitan los jóvenes para enfrentar con certidumbre las vicisitudes del presente siglo. Ante ello, simplemente ignoramos, o nos enfocamos que buscar instituciones privadas que nos “solucionen” el problema; pues “si enseñan buen inglés, mis hijos tendrán cabida en la actualidad”; nada más falso que esa afirmación.
El problema de la educación en México no es de enseñar buen inglés, o de escoger una institución privada; que valga la pena señalar, cada vez son de más mala calidad, pues la mercantilización de la educación en México y la falta de regulación y exigencia, nos ha llevado a cada día contar con un mayor número de instituciones privadas que “juegan” con la ilusión de familias y jóvenes. En Aguascalientes tenemos bastantitas de ese estilo.
La realidad es que el problema de la educación en nuestro país es el enfoque, pues mientras el mundo desarrollado entendió que la innovación debe ser el objetivo de los sistemas educativos, en México pensamos que la memoria debe el fin último del sistema y eso nos está atrasando mucho con respecto al mundo desarrollado. Nos sentimos cómodos con que nuestros estudiantes memoricen textos y fórmulas, pensando que eso les garantizará éxito en el mundo real… tremendo error.
Quiero usar estas líneas para explorar sobre la responsabilidad de los padres de familia en el proceso educativo, pues pareciera que también nos sentimos cómodos con simplemente dejar a nuestros hijos en una institución educativa, (si es privada mejor), creyendo, torpemente, que las instituciones los formarán con las herramientas que el personaje necesita para la vida adulta.
Seamos claros, la familia es el ente formador por excelencia, por lo que tiene un valor importante e intransferible que garantizará o no el éxito de un educando.
Las mayores habilidades de un ser humano, se gestan en el hogar, pues allí se desarrolla el trabajo en equipo, cuando los padres en realidad son un equipo; la responsabilidad, cuando la familia cumple roles y cada integrante se hace responsable de ellos; la perseverancia, cuando en familia se logra controlar la frustración; el respeto, cuando este se promueve en el seno familiar; la solidaridad, cuando en familia hay compromiso con los demás y con entorno; la toma de decisiones, cuando en familia se discuten temas complejos y se le da voz a los integrantes; la ética, cuando la familia la promueve y defiende; el coraje, cuando la familia en su conjunto es capaz de tener conversaciones incómodas, pero sanadoras; el pensamiento crítico, cuando los comentarios de todos los integrantes del hogar son analizados y respetados sin desacreditarlos.
Por lo tanto, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la perseverancia, el respeto, la solidaridad, la toma de decisiones, la ética, el coraje, y el pensamiento crítico, curiosamente son las habilidades más importantes que tiene un ser humano para enfrentar este siglo, por lo que la responsabilidad de las familias en el desarrollo de estas habilidades es fundamental para que los estudiantes tengan un pleno desarrollo y una mejor adaptación al momento en el que vivimos. Lo importante es saber que estas habilidades se aprenden por imitación en el hogar, de allí que el comportamiento de los padres y hermanos es fundamental para poderlos desarrollar. Como familia, tenemos un importante compromiso en fomentar estos valores como cimiento y base de una educación exitosa que llevará a nuestros hijos a transitar de una mejor manera en el siglo XXI.
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