LAS REMESAS AMENAZADAS

Todos sabemos que nuestro país vive del petróleo, las remesas, el turismo y la industria automotriz.  

Siempre he señalado que es una verdadera tristeza que un país como el nuestro, con tanta riqueza natural y cultural, deba vivir del dinero que nos envían nuestros “pobres” connacionales que se “la rifan” llegando a un país, que, como Estados Unidos, los discrimina y señala sin compasión. 
Según el Banco de México, el año pasado recibimos cerca de 34 mil millones de dólares de remesas, de los cuales Aguascalientes recibió el 1,4%, cerca de 1,6 millones de dólares por día, un 10% más dinero que el reportado en el 2017. 
Según el Banco de México el envío de remesas a nuestro país esta aumentando en los últimos meses debido a: 
  • Posibles restricciones en el envío de dinero desde Estados Unidos al extranjero. 
  • Que los trabajadores mexicanos estén aprovechando el tipo de cambio que se ha venido registrando en los últimos años, lo que le ha otorgado al dólar un mayor poder adquisitivo para las familias en México. 
Aunque la comunidad mexicana e hispana en general crece cada día en Estados Unidos (17,8 de la población total), y esto lo demuestra que  cerca de 43 millones de personas en Estados Unidos hablan español, de los 327 millones que es la población total, la discriminación contra los hispanos se mantiene como una constante en diferentes lugares de la Unión Americana, lo que hace cada día más compleja la llegada de quienes sueñan con vivir en un “mejor” país que en el que nacieron.
Desde mi punto de vista existe una preocupación mayor, y es que al contar con un presidente vecino tan cambiante y temperamental, en algún momento pudiera usar el cierre de envío de remesas a México como una estrategia de amenaza para lograr sus objetivos.  
Ya pudimos ver como la reciente amenaza de Trump de crear un impuesto extra a las exportaciones, nos llevó a convertir a México en un “perseguidor” de migrantes centroamericanos. Veo posible que ante una “rabieta” del presidente de Estados Unidos se limite el envío de dinero a México, o incluso la cancelación de envíos, como lo han hecho con Cuba desde hace muchos años. 
México siendo una de las 15 economías más grandes del mundo no se puede permitir seguir viviendo de la “limosna” que nos tienen que enviar nuestros hermanos mexicanos en Estados Unidos. Necesitamos entender que debemos reestructurar nuestra economía para generar los recursos que nos permitan crecer y darle mejores condiciones a los más de 120 millones de mexicanos que vivimos en nuestro país. 
Yo estoy completamente seguro de que el camino para diversificar nuestra economía es la mejora educativa, centrando nuestro sistema en la innovación y por ende, en la creación de nuevo conocimiento que nos genere riqueza y desarrollo.  
Ojalá que nuestras autoridades entiendan que México necesita otras fuentes de ingreso, pues pensar en seguir viviendo del petróleo y las remeses es un suicidio en el mediano plazo. 

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