VENEZUELA: UN CLARO EJEMPLO DE COMO DESTRUIR UN PAÍS.
Fue el 2 de febrero de 1999 cuando Hugo Chávez Frías asumió el poder en Venezuela después de haber estado varios años recorriendo su país explicando lo que quería lograr para su nación.
Tengo aún en mi recuerdo la Venezuela de los 70´s, un país con una economía creciente sustentada en el petróleo, con una clase media con aspiraciones de crecimiento y una tasa de pobreza muy controlada para el común de los países de la región.
Pero las profundas desigualdades entre ricos y pobres, y una desmedida corrupción de los gobernantes llevaron al hartazgo de los ciudadanos quienes vieron en Hugo Chávez a un “salvador”.
Tras la muerte de Chávez en 2013, asumió el poder su hombre clave: Nicolás Maduro, pero lastimosamente para los intereses de Venezuela, este “cambio” prometido por Hugo Chávez en su proclamado “socialismo del siglo XXI” dista mucho de lo que los venezolanos esperaban para su país.
Venezuela pasó de ser uno de los países más ricos de América del Sur, a uno de los más pobres en 3 décadas. Es común conocer el desabasto de medicinas, alimentos e incluso algo tan básico como el alumbrado eléctrico. Venezuela tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo (acumulada 2019: 2.674%). En su desespero el presidente Maduro eliminó 5 ceros al Bolívar (moneda oficial de Venezuela) y una depreciación del 96% con respecto al dólar estadounidense.
Este país donde el salario mínimo solamente cubre el 2% de la canasta básica, está sumido en la peor crisis de su historia.
Según el diario Voz de América: “Maduro duplicó en abril el salario mínimo, a 40.000 bolívares, que entonces equivalían a unos 8 dólares, pero hoy son solo 2 dólares. Un cartón de 30 huevos, por ejemplo, se vende a 70.000 bolívares (3,5 dólares) y un kilo de carne a 50.000 bolívares (2,5 dolares)”.
Esta crisis ha llevado a cerca de 5 millones de venezolanos a salir de su país, generando una situación bastante compleja en los países de la zona. Colombia ha otorgado residencia legal a 1.6 millones de venezolanos. A Perú han llegado 900 mil, 422 mil a Chile, 400 mil a Ecuador, 350 mil a Brasil, 170 mil a la Argentina, 150 mil a Panamá, 100 mil a México, por señalar algunos.
Esta crisis humanitaria debería estar movilizando a todos los países de América en contra de esta dictadura disfrazada de democracia (pues las elecciones siempre han estado manipuladas) que fue capaz de destruir a un país en menos de 30 años.
Mientras varios países asiáticos nos han enseñado que en 30 años se puede salir de la pobreza, Venezuela nos está dando un claro ejemplo de que el populismo mal manejado, la corrupción, y la falta de visión de los gobernantes pueden destruir un país en corto tiempo.
Personalmente considero que no podemos satanizar las formas de gobierno, izquierda o derecha, o centroizquierda, etc., el punto es que la forma de dirigir a un país depende de sus gobernantes y cuando estos son corruptos e ineptos es muy complicado lograr buenos resultados. Ojalá que América completa se una por derrocar a este dictador que hoy dirige a un país como Venezuela que tiene todo para vivir en otras condiciones.
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