FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS PARA UN MÉXICO MEJOR

Acabamos de pasar un día maravilloso para quienes somos católicos. La navidad es el momento de renacer en nuestras vidas. Es un momento para agradecer, perdonar, sumar a nuestros amigos y a la familia en la construcción de un mejor México para vivir.
Este periodo es ideal para hacer un análisis de nuestra vida tratando de encontrar nuestros errores y carencias, a fin de renovarnos y mejorar, y así enfrentar un nuevo año con bríos, retos y ganas de ser mejores.
La cruda realidad en que vivimos nos exige que los seres humanos logremos “romper nuestra burbuja” de individualismo, de insensibilidad, tratando de entender la gran responsabilidad que tenemos como seres humanos. Hoy más que nunca debemos entender la “irracionalidad aceptada” del planeta; esa irracionalidad que nos lleva a acumular millones y millones de pobres, desplazados, golpeados e indigentes que deambulan en nuestras ciudades ante nuestra, cada vez mayor, aceptación. Pareciera que en América Latina nos dimos por vencidos en la guerra contra el subdesarrollo. En nuestro México tenemos cerca de 70 millones de personas con algún grado de pobreza. Pero este no es un tema exclusivo de nuestro país; hoy 1.100 millones de personas en todo el planeta no comerán absolutamente nada, 50 millones más que hace dos años, y 8.500 niños mueren cada día por hambre.… ¿qué nos está pasando?
Los 8 multimillonarios más ricos del planeta acumulan lo mismo que 3.800 millones de personas.

Estas bellas fechas se convierten en el mejor momento para fomentar en el seno familiar los valores.  Queremos tener, pero siempre será más importante: Ser. Ser personas que entiendan su existencia como la posibilidad de entrega, buscando el bien general antes que el personal; dando todo de sí, en la construcción de un mejor lugar para vivir.

La solidaridad es mirar al que nos rodea, entenderlo, meterse por un instante en su realidad y en su dolor, o en su alegría también. Ser solidario es entender que somos responsables de nuestro entorno y desde allí obligarnos a contribuir en el crecimiento compartido y equilibrado de la sociedad (capitalismo sostenible). Solidaridad es la incapacidad de estar bien, si quienes están a mi lado no lo están. Solidaridad es convencernos de que somos el soporte para alguien que con nuestra ayuda, podría volar.
Ojalá que estas hermosas fechas nos den la fuerza para enfrentar el siguiente año desde otra perspectiva; desde la búsqueda de crear un mejor entorno para nuestro México. Un México que ante el dolor no acepta, trabaja. Un México que ante la pobreza no se esconde, lucha; entendiendo que si bien la adversidad nos persigue, tenemos todo los recursos y el capital humano necesario para que nuestra realidad sea diferente. Hoy debemos comprender que el camino que hará la diferencia será el trabajo conjunto y el compromiso con quien pasa a nuestro lado, aunque no siempre sepamos su nombre.

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