¿SALVAMOS EL CICLO ESCOLAR?

Mi reconocimiento especial para los maestros que, trabajando el doble, han logrado transformarse en unos pocos días en constructores de aprendizajes en línea, un reto para el que no todos estábamos preparados.

Mi reconocimiento para los padres de familia, que, ante la contingencia, se han convertido en los principales aliados del proceso educativo, ayudando a sus hijos y a las escuelas desde casa, entendiendo que la educación es un proceso donde todos debemos estar trabajando juntos para lograr mejores resultados.

Mi reconocimiento a las instituciones educativas, que en unos pocos días pasaron de las clases presenciales, a adaptarse al uso de diferentes plataformas, logrando la continuidad de un ciclo educativo que estuvo en riesgo por la pandemia que vivimos.

Seamos honestos, en nuestro México ya veníamos con problemas en educación, pues no terminamos de encontrar el rumbo que debe llevar el país para garantizar que nuestro sistema educativo se convierta en el soporte de la economía. Recordemos que el nuevo petróleo del mundo se llama: conocimiento, por lo que pasar de un sistema educativo que prioriza la memorización, a uno donde desarrollemos innovación, debiera ser el objetivo primordial.

Esta pandemia vino a marcar aún más las desigualdades en el sistema, pues en el caso de México existe una gran diferencia entre unos pocos planteles educativos con buenos resultados, y una gran mayoría que aún se encuentran con un rezago importante.

Según un informe de la Unesco, “el mundo se encuentra en medio del trastorno más inaudito de la historia de la educación”. La crisis de esta pandemia dice el estudio, marcó mucho más las desigualdades que ya estaban presentes en los sistemas de formación, y es una “amenaza” para poder conseguir las metas mundiales en este ámbito, que están plasmadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Además de la pobreza, el coronavirus marcó diferencia ante la imposibilidad de los niños de acceder al aprendizaje a distancia. La realidad es que la gran mayoría de nuestros niños mexicanos no cuentan con internet en sus casas y mucho menos con una computadora o tablet que les ayudara a continuar de una mejor manera su proceso educativo. Para la profesora Mónica Brijaldo, los niños han sufrido una pérdida en la continuidad de sus clases, la cual se acentúa en las zonas menos favorecidas: “Si en la parte urbana de las ciudades hay problemas, pues en las zonas rurales se ven terriblemente afectadas dado que las conexiones son mínimas por la falta de infraestructura”.

Ante este panorama, nuestros niños mexicanos pudieran optar por el abandono escolar, lo que complicaría en gran medida su desarrollo, pudiéndose volver presa fácil de la delincuencia del país que no da tregua y que cada día busca más adeptos para sus filas.

Al margen; algunos ejemplos:

En Sri Lanka el Gobierno desarrolló un servicio telefónico de línea gratuita de apoyo al estudio para ayudar a los alumnos en las clases de ciencias, matemáticas e inglés.

En Perú, el Ministerio de Educación pidió a los gobiernos locales coordinar la entrega de libros de texto a los hogares para que los padres se convirtieran en guía de sus hijos.

En México, la SEP desarrolló el programa “Aprende en Casa por TV”, para ayudar en la continuidad del ciclo escolar.

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