UN MÉXICO COMPLEJO


Debemos ser honestos, las cosas no van nada bien para nuestra América Latina. El Covid-19 vino a agravar nuestra situación, pero lo cierto es que muchas decisiones de nuestros gobiernos están complicando el desarrollo de nuestros países.

Según el Ranquin Mundial de Competitividad 2020, los gobiernos de Brasil, México y Argentina están tomando decisiones que están haciendo empeorar las cosas. Según este Ranquin que analizó 63 países, los primeros en la lista son Singapur, Dinamarca, y los Países Bajos; más abajo se encuentra Estados Unidos en el lugar 10, y China en el 20; al final de la lista aparece México en el 53, Brasil en el 56 y Argentina en el 62. Venezuela ocupó el último lugar (63).

Con la situación económica por Covid-19, será mucho más difícil para los países atraer la inversión extranjera, pues en épocas de crisis, los inversores buscan lugares más seguros, y aparecer como los “menos competitivos” nos pone una marca peligrosa a nuestras economías ya muy golpeadas.

 

Hablando de México, el periodista y escritor Andrés Oppenheimer escribió: “En México, el presidente López Obrador ha estado asustando a los inversores desde el comienzo de su presidencia, cuando canceló un proyecto de expansión del aeropuerto de la Ciudad de México, de $13.000 millones, que ya estaba en marcha. Cambió las reglas de juego, que es lo que más asusta a los inversionistas. Las diatribas diarias de López Obrador contra el “neoliberalismo” y su obsoleta creencia de que México puede crecer y reducir la pobreza invirtiendo más en su industria petrolera estatal –en momentos en que los precios del petróleo están por el piso y hasta Arabia Saudita está buscando reducir su dependencia del petróleo– han producido una caída económica mayúscula.

López Obrador había prometido tasas de crecimiento del 4 % anual, pero la economía se contrajo un 0.1 % el año pasado, y el Fondo Monetario Internacional estima que caerá un 10.5 % este año. El Centro de Educación y Estudios Sociales de México proyecta que habrá alrededor de 12.2 millones de nuevos pobres para el 2024. La empresa energética española Iberdrola canceló hace unos días una inversión de US $1.200 millones en México, informó el periódico Reforma”.

 

Es muy loable que el presidente de México quiera enfocar sus “fuerzas” en ayudar a la población más pobre de México con programas y apoyos, pero si México no fortalece su clase media, difícilmente lograremos hacer crecer al país.

Según la periodista Viri Ríos de The New York Times, el 84% de la población de México no tiene seguridad laboral (aunque trabaja), o un sueldo que le permita satisfacer las necesidades de sus familias. En el país tenemos 43 millones de personas que viven en condición de pobreza moderada (no son considerados como pobres), con carencias de acceso a la salud, seguridad social o educación.

Para Ríos “el gobierno federal no debe enfocarse exclusivamente en eliminar la pobreza, sino que debe convertirse en un mediador de una profunda y urgente extensión de la clase media. Es acertado que la agenda de López Obrador sea atemperar la pobreza, pero este es solo el primer paso. La creación de una clase media sólida y amplia debe ser la última meta de su gobierno”.

Se cree que en el país verdaderamente viven 15 millones de mexicanos de clase media, un grupo de la población que debemos ampliar como objetivo primordial, pues un país que crece su clase media, se fortalece y mejora sus condiciones, pero de lo que sí estoy seguro es que esta clase media no se construye únicamente con programas asistencialistas de apoyo a los más pobres, eso es una parte muy pequeña de lo que debemos hacer para fortalecer a México.

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