NUESTROS MAESTROS: YA SON HÉROES

El Covid-19 vino a cambiar muchos aspectos de la educación mundial. Los maestros, alumnos y padres de familia tuvieron que enfrentar roles diferentes, además de adaptarse a nuevas maneras de entender el proceso enseñanza aprendizaje.


No me cabe la menor duda de que los maestros han sido los grandes sacrificados de esta nueva realidad, pues su trabajo se ha duplicado y en algunos casos, incluso triplicado por las carencias tecnológicas de muchos sectores de la sociedad. Hoy los maestros deben atender 24 horas las necesidades de sus alumnos, quienes mandan mensajes por diferentes medios, con dudas y necesidades especiales. Nunca antes en la historia, la personalización de la educación había sido tan notoria como en estos momentos. La tecnología hace que los niños y sus padres, estén enviando mensajes a los maestros, esperando atención personal, pero peor aún, inmediata.

Ser maestro es una profesión maravillosa en la que se deposita la confianza para formar el capital humano que soportará una economía, pero lastimosamente en nuestro país esta profesión no ha sido bien recompensada. Según datos de la SEP un maestro de preescolar en México tiene un salario de entre 8 y 10 mil pesos, uno de primaria o secundaria, entre 8 y 11 mil. En preparatoria muchos docentes reciben su percepción por hora trabajada, la cual varía entre 70 y 300 pesos, aproximadamente.


Algo pasa con nuestros maestros, pues si hablamos de educación superior, es importante señalar que nuestras universidades y centros de investigación no están generando el conocimiento que nuestro país necesita. Pero, además el número de investigadores de México cada día es menor, en comparación con los países con los que competimos.

Acá los datos (tomados de la Universidad de Salamanca): Finlandia es el país que más investigadores por millón de habitantes tiene con 7.707; lo siguen Islandia con 7.315, y Singapur con 6.088. Estados Unidos ocupa el noveno lugar con 4.663 investigadores por cada millón.


Nuestro México ocupa el lugar 70 en el mundo, y el quinto en América Latina (por debajo de Argentina, Chile, Brasil, y Cuba), con 353 investigadores por cada millón de habitantes.


Un dato no menor, es que el país en el mundo que más invierte en I+D es Estados Unidos (un 28.1% del Gasto Bruto en Investigación y Desarrollo). Los 5 países que más han invertido en I+D en los últimos años son Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Corea del Sur.


Podemos ver tres aspectos en estas líneas: primero unos maestros que se han convertido en los héroes de la educación durante esta pandemia; pero también vemos que los salarios no compensan el gran esfuerzo que realizan cada día, y un tercero relacionado al muy deficiente apoyo que tiene nuestro país para realizar investigación, lo cual se convierte en un bloqueo preocupante para un buen desarrollo de la economía en el siglo XXI.


 


Si la innovación es la clave para el éxito en este siglo, nuestros maestros se convierten en la pieza fundamental para desarrollar las habilidades en nuestros alumnos que los lleven a potenciar la creación de nuevo conocimiento; pero para que esto funcione, necesitamos que el ecosistema educativo (gobierno federal, gobiernos locales, instituciones educativas) haga el esfuerzo correspondiente para dignificar esta profesión, además de que decididamente apostemos por la capacitación constante y la mejora de sus condiciones. Es un reto enorme, pero debemos enfrentarlo de inmediato si buscamos un buen desarrollo de México en las siguientes décadas.

Comentarios

Entradas populares