¿UN AÑO ESCOLAR PERDIDO?

 Algunas voces señalan que este año escolar ha sido completamente perdido para nuestros alumnos y que, pasando la pandemia, trataremos de ponernos al corriente de lo que no se aprendió… aunque muchos piensen así, yo no estoy de acuerdo.

Quizás nuestra sociedad moderna no había vivido algo como esto desde la Segunda Guerra Mundial: muertes, miedo, problemas económicos, encierro forzado, pero estoy seguro de que el aprendizaje ha sido maravilloso durante estos meses de convivir con el Covid – 19, tanto como sociedad, como en el sector educativo. 

Algunos de los aprendizajes de manera general:

- No somos tan fuertes y desarrollados como creíamos. Una simple gripa nos puso a temblar. Creo que la humildad para reconocer nuestra pequeñez es un aprendizaje que nos llevará a crecer.

- La única manera de salir adelante es entendiendo que la solidaridad es la mejor herramienta que tenemos como sociedad. Ese concepto egoísta de “sálvese quien pueda”, hoy esta migrando al de “me ayudo, ayudándote”. Esa enseñanza nos quedará para siempre.

- Hemos aprendido que tenemos un sistema de salud deficiente al que debemos voltear, fortalecer y cuidar. Hoy debemos señalar que cada integrante del personal de salud es un “semi-dios” (doctores, enfermeras, camilleros, etc.); por fin estamos entendiendo el gran valor que tienen y su sacrificio por nosotros.

En el sector educativo, logramos:

- Avanzar 10 años en la digitalización. Estamos en la 4ª Revolución Industrial, la de la inteligencia artificial, redes neuronales, programación, etc., y nosotros, en México, aún no habíamos entendido. El lograr en estos meses que tuviéramos clases on-line, es un gran avance que nos subirá un peldaño en educación.

- Aunque debemos aceptar que la cobertura de internet en México es muy deficiente en las zonas vulnerables y que nuestros niños carecen de equipos de cómputo para sus clases, esto nos impulsó a desarrollar campañas como la que tenemos en Aguascalientes: “que nadie se vaya”, donde la sociedad se unió para donar equipos de cómputo a los niños de escasos recursos. La solidaridad, de nuevo la gran ganadora.

- El siglo XXI exige habilidades que en el sistema tradicional (pre-pandemia) no estábamos enseñando: capacidad de adaptación, resiliencia, sentirse cómodo con la incertidumbre, creatividad como modo de vida, entre otras, y justo estas han sido las habilidades que los niños más han logrado desarrollar en este proceso educativo diferente.

- Logramos que los padres de familia se involucraran en todo el proceso educativo de manera activa, dejando la vieja idea de que la responsabilidad del éxito de los jóvenes es simplemente de una escuela y sus maestros.

- Hoy tenemos maestros de todas las edades, capaces de impartir una cátedra on-line, y cada día usando recursos didácticos digitales, que antes de la pandemia hubiera sido imposible usar. Miles de profesores han hecho un esfuerzo gigante para adaptarse a esta nueva manera de educar, que ha llegado para quedarse.

- Hemos entendido que no todas las clases deben ser presenciales y que no solo el aula tradicional es el lugar para el aprendizaje. El internet y sus posibilidades es un mundo enorme para construir conocimiento, la clave es enseñar como lograrlo, y ese esta siendo un reto que muchos maestros han decidido enfrentar.

Al final, debo decir que este ha sido un año complejo, donde hemos perdido y ganado muchas cosas. Todos hemos tenido pérdidas irreparables; tenemos miedo, y quizás nuestra mente esté aterrada frente a la incertidumbre que vivimos, pero de lo que sí estoy seguro, es que este ha sido un año que nos ha preparado a todos en muchas áreas; un aprendizaje que seguro nos servirá para toda la vida.

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