EL "SUEÑO MEXICANO"

Muchos países en el mundo se encuentran dando cambios importantes y constantes en sus formas de gobierno, y América Latina no es la excepción. En la historia reciente, desde Hugo Chávez Frías en Venezuela en 1999, varios países de la región han experimentado gobiernos de izquierda, centro izquierda, centro derecha, y por supuesto, de derecha.


En medio de estos procesos, hemos tenido que soportar al populismo (de derecha y de izquierda), como base para movilizar personas que terminan inclinando la balanza en las elecciones. Según Federico Finchelstein el populismo es una forma de democracia autoritaria que originalmente surgió como una reformulación de posguerra del fascismo. Según Cas Mudde, en ciencias políticas, populismo es la idea de que la sociedad está separada en dos grupos enfrentados entre sí: “el verdadero pueblo” y la “élite corrupta”.


Al final los populistas no aceptan serlo, pero terminan buscando siempre a villanos (Trump señaló a México, y AMLO a los ricos) que les sirven para dividir a la sociedad, como si todos tuviéramos la obligación de pertenecer a un único bando.


Este fenómeno ha venido siendo estudiado a profundidad, pero las redes sociales han logrado potenciarlo, pues los algoritmos que estas desarrollan hacen que en las búsquedas personales salgan únicamente notas relacionadas a tu estilo de pensamiento, lo que es completamente contraproducente, pues terminan limitándonos la posibilidad de analizar y entender otras posturas.


Lo interesante de toda esta “revolución” de pensamiento es tratar de entender el fondo de la situación, y para eso buscaré dar mi punto de vista explicando lo que México vive.


Particularmente creo que México es un país que tiene TODO para ser de primer mundo y dar mayores oportunidades a toda su población. El problema de fondo es que los gobiernos en el país han privilegiado de manera decidida a las clases más favorecidas, las que a su y vez, en su camino por acumular recursos, han olvidado a la gran mayoría del país; por tanto, hoy en México acumulamos cerca de 70 millones de personas con algún grado de pobreza (según la OCDE), datos que seguramente se han aumentado debido a la pandemia que vivimos. Espero no se malentienda mi comentario, no es que ser rico sea malo, por supuesto que todos queremos vivir bien, pero esa idea de volvernos millonarios a costa de lo que sea (no pagando impuestos, abusando del trabajador, burlándonos de la ley), nos ha llevado a una desigualdad que es necesario resolver, para avanzar.


Ante la desigualdad vivida, aparece como “salvador” la figura de Andrés Manuel López Obrador, que, usando el populismo, culpando a los ricos de todos los males, logra que gran parte de la población lo suba a la presidencia. El grave problema que tenemos es que la idea de un gobierno completamente asistencialista que regala dinero por todo y para todo, es una fórmula que funciona un par de años mientras existen recursos, pero cuando los capitales salen del país por la amenaza de este tipo de gobiernos que ponen en riesgo el patrimonio, los recursos se acaban y el pueblo termina atacando y señalando a quienes los han engañado. Seamos honestos, los gobiernos viven de lo que nosotros pagamos, así que lo que debemos hacer es potenciar el desarrollo y la inversión, pero obligando a todos al cumplimiento de las obligaciones; solo así, un gobierno que trabaja de la mano de sus empresarios, puede sentar las bases más justas para todos, no regalando nada a nadie, más bien dando oportunidades iguales (educación, salud, seguridad) para que el piso sea parejo y la gente pueda aspirar a mejorar sus condiciones.


México es maravilloso y además rico, por lo que no es utópico pensar en llevar a nuestro país al primer mundo, logrando que todos tengan las posibilidades de cumplir su “sueño mexicano”.

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