¿MÉXICO EL NUEVO DINAMARCA?
Siempre he sido crítico sobre la posición económica de México que, aunque siendo la 15 economía del mundo, es uno de los países más desiguales de América Latina.
Nuestra región es la segunda más desigual del planeta después de África Subsahariana, y aunque México, Brasil y Chile concentran la mayor riqueza en América Latina, todos tienen grandes problemas en este rubro.
En nuestro país, el 10% de las personas con ingresos más altos captan casi el 60 por ciento de la riqueza, lo que nos ha llevado a niveles de desigualdad que estancan duramente nuestro desarrollo.
Según Ernesto O´Farrill, presidente de Grupo Bursamétrica, la desigualdad en México es producto de un bajo crecimiento y poca inversión, mientras que los programas sociales del Gobierno Federal no han marcado la diferencia. “Si no hay crecimiento, no hay inversión y no hay empleos suficientes, y tiene como resultado que se amplíe la pobreza… hoy necesitamos hablar de empresas que promuevan la equidad, empresas de mayor valor agregado, con responsabilidad social que permitan mayor movilidad social a las familias”.
También he señalado en mis notas, que seguir dependiendo del petróleo (combustible que el mundo ya está dejando atrás), las remesas (enviadas por nuestros pobres connacionales atacados y señalados en USA) y el turismo (cada día más amenazado por la violencia del país) es bastante delicado y arriesgado para un siglo XXI donde el nuevo petróleo se llama: innovación y conocimiento.
Pero existen otras posiciones interesantes que bien vale la pena observar; hace unos días me tocó leer algo que me dejó bastante sorprendido y motivado. Tyler Cowen de 59 años, es un economista estadounidense profesor de gran prestigio de la universidad George Mason y especialista de Bloomberg. En un artículo de la revista Bloomberg, Cowen escribía que México podría convertirse en las siguientes décadas en la Dinamarca de América Latina; señala que, aunque nuestro país no tendrá un crecimiento exponencial como el de China (Dinamarca tampoco lo ha tenido nunca), el país va a tener un crecimiento sostenido que lo hará cada vez más rico. En su artículo señala que México “tiene uno de los ingresos per cápita más altos de las economías emergentes”, y con un crecimiento sostenido, según Cowel, México podría llegar a disminuir la desigualdad entre ricos y pobres.
El economista señala que, aunque los políticos de México son corruptos, populistas e irresponsables, la clase media mexicana es aguerrida y está exigiendo cambios, por lo que nos augura muy buenos resultados de este esfuerzo.
Muchas veces nos cegamos ante realidades que no entendemos. México, aunque maravilloso, tiene oportunidades enormes que otros ven y que nosotros podríamos minimizar. Las certezas positivas que tenemos son: movemos mucho dinero (somos la 15 economía del mundo); tenemos un socio al norte que nos compra todo; las empresas nos ven como opción para instalarse; estamos bien conectados geográficamente; y casi todo el mundo nos ve bien. Y las certezas negativas son: tenemos mucha pobreza y desigualdad; la corrupción nos agobia; la inseguridad crece y crece. Con base en nuestras certezas, y aceptándolas, quizás sea mucho más fácil determinar los pilares que lleven a nuestro país a convertirnos, como dice Cowel, en la Dinamarca de América Latina, ¿seremos capaces?
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