EL INE SE RESPETA

Durante el presente gobierno de Andrés Manuel López Obrador, he tratado de ser objetivo y analizar lo que desde mi punto de vista han sido acciones positivas y negativas en su gestión. Y aunque el país está sumamente polarizado, trato de “zafarme” de las posturas totalitarias que señalan que al frente de México está alguien que solo toma malas decisiones. La realidad es que, si bien el presidente ha mostrado terquedad en muchas de sus acciones, y claramente vemos que poco escucha a quienes lo rodean, debemos aceptar que algunas cosas han funcionado bien. La fortaleza de nuestra moneda, por ejemplo, es una muestra de que el mundo ve en México a un país fuerte y seguro para invertir, situación muy diferente a la que vive casi toda América Latina y parte del mundo, que ante las situaciones de pandemia y guerra han sufrido inflaciones complicadas y panoramas desalentadores.

El tren maya amargamente criticado, me parece un acierto (claro, con sus asegunes como todas las mega obras) para un país donde el turismo es una de las fuentes principales de ingreso.

Eso sí, la terquedad del presidente en varias decisiones es quizás el principal obstáculo que el propio Andrés Manuel pone para ejercer su presidencia con éxito. Los señalamientos de corrupción de algunos de sus colaboradores, la obsesión con programas asistencialistas, la necedad de desaparecer organismos que bien pudieran mejorarse, la terquedad de muchas de sus inversiones (refinerías, aeropuerto) entre muchos otros, son las grandes barreras que el presidente construye para mantener al país dividido y con muchos riesgos en el mediano y largo plazo.

Lo que sí me parece una acción repudiable y terriblemente equivocada, fue lo sucedido hace unos días en una de sus conferencias matutinas donde señaló a los defensores del INE como unos “rateros, hipócritas y clasistas”. No presidente, así no es la cosa. El INE, con sus errores por supuesto, ha mostrado ser uno de los organismos más funcionales y transparentes del país, tanto así que en el -Informe País: El curso de la democracia en México-, el 60% de los mexicanos evaluaron al INE como la tercera institución pública más confiable del país, únicamente superada por el ejército y la Guardia Nacional.

Para Ignacio Ruelas Olvera delegado del Instituto Nacional Electoral en Aguascalientes, “ha sido vulgar lo dicho por el presidente”, pues recordó que el jefe del Ejecutivo Federal anduvo generando política a partir de los espacios públicos, “lo cual es una incoherencia y quien vaya o no vaya – hablando de la marcha a favor del INE- es un problema de manifestación y no le va a originar nada, más que un pueblo que tiene madurez democrática”.

Presidente, el INE defendió la llegada a su cargo por encima de los intereses de muchos en México, así que lo mínimo que debe guardar es respeto a un organismo que casi todo México defiende, pues destruirlo solo retrocederá el camino de nuestra aún “inmadura” democracia. Mejoras siempre podrán existir y deben realizarse, pero esa obsesión por destruir en lugar de construir nos puede llevar a México a un oscurantismo que ya no queremos vivir.

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