Escuela Secundaria General 42 Virginia Woolf : Un Modelo a Seguir

Siempre he señalado que nuestro sistema educativo mexicano no va por un buen camino. Muchos intentos de reformas y cambios se han instaurado sin resultados palpables, pues en medio de ellos siempre se encuentran inmersos objetivos políticos; y mientras la educación no se vea como el soporte de la economía y como el futuro del país y sea un simple “botín político”, las cosas difícilmente cambiarán en México.
Podríamos hacer muchos análisis sobre la problemática, pero personalmente me quedo con los dos principales errores que estamos cometiendo. El primero de ellos es volver a la memoria el fin último de la educación. Nos equivocamos cuando creemos que el cerebro de nuestros alumnos es un repositorio de contenido que se almacena con el único objetivo de “regurgitarlo” en un examen para obtener una calificación aprobatoria. El cerebro es una máquina maravillosa de la creación, de la inventiva, de la innovación y del desarrollo de nuevo conocimiento, y para lograrlo, debemos pasar de una educación que repite, a una que incite, que evoque, que motive e impulse al desarrollo de nuevas cosas. Los mexicanos por naturaleza somos creativos, pero no innovadores, y la diferencia esta justamente en la generación de valor y riqueza de esa creación. Para lograrlo, debemos enseñarlo, por lo que el objetivo de la educación en México debería ser el de innovar entendiendo que el “nuevo petróleo del siglo XXI es el conocimiento”.
El segundo error es olvidar que en los sistemas educativos del mundo desarrollado se están enseñando finanzas y emprendimiento; pues ese modelo educativo del siglo XX (que nace incluso más atrás) centrado en formar gente para las multinacionales ya no funciona ante la robotización de la manufactura, pues son muchos los trabajos que desaparecerán en los siguientes años ante la automatización, y sin duda serán los países dependientes de la manufactura (como México) los que estarán más afectados frente a este proceso.
Para ello debemos enseñar habilidades de pensamiento crítico y analítico como base de construcción de nuevo conocimiento, desde la creatividad, la innovación, la disrupción y el emprendimiento. Las economías que lo han entendido nos llevan años de ventaja en la formación de estas habilidades en sus educandos.
México necesita urgentemente cambiar su paradigma educativo, y para ello nuestras autoridades deben entender que estos 2 errores nos podrían estar llevando a un panorama complejo frente al desarrollo que el mundo esta teniendo en el siglo XXI.
¿Cómo lograrlo?
En Aguascalientes ya contamos con un ejemplo educativo público que vale la pena resaltar. La Escuela Secundaria General 42 Virginia Woolf es una institución que desde hace algunos años ha decidido fortalecer el pensamiento crítico y analítico de sus alumnos como base de la innovación y el emprendimiento. Por un lado, las Metodologías Activas hacen parte de su trabajo diario, la cuales sacan a los alumnos del círculo de la memoria como fin último, llevándolos al maravilloso mundo del análisis, de las preguntas, y la construcción de respuestas desde la creatividad. El segundo elemento es Global Breakers, un modelo de emprendimiento que fue entregado a esta escuela por el Colegio Nuevos Horizontes Global School, donde los niños desarrollan habilidades de emprendimiento llevándolos a resultados maravilloso, tal es el caso de varios alumnos de esta escuela pública que ya cuentan con empresas funcionando que ayudan a la economía familiar.
La Dra. Laura Oscos, directora de esta institución, ha sido una defensora de las metodologías activas y del emprendimiento como fuertes bases de una nueva educación para el siglo XXI, una educación a la altura de los países desarrollados. Ojalá que este ejemplo de cómo educar diferente en México sea el camino para llevar a nuestro país al sistema que necesitamos para competir con las complejidades y retos del siglo XXI.

principal@globaluniversity.edu.mx

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